Un pequeño error

“¿Cómo que están vendiendo nuestras RTX 3080?”

Estaba tranquila en mi oficina, mandando los correos habituales, cuando Marco entró y me dio la noticia.

“Sí, las están vendiendo en eBay, y al doble del precio del mercado normal, pero ya estamos en proceso de quitar el anuncio.”

Hace poco, la empresa había comprado las recién salidas NVIDIA RTX 3080, unas tarjetas gráficas para nuestros equipos de cómputo, muy caras por cierto. Y Starlit Partners, nuestra filial de ventas para vender artículos excedentes y restaurados, por alguna razón tuvo acceso a estas nuevas tarjetas gráficas y las pusieron a la venta.

“¿Cómo pasó esto”

“Los de sistemas me dijeron que las tarjetas no estaban marcadas como nuevas, sino como restauradas, así que tuvieron acceso a ellas.”

“¿Y quién las publicó?”

“No sabemos, seguimos investigando, pero me acaban de avisar que ya no están a la venta.”

“Excelente. Bueno, deja le aviso a mi jefe, para ver qué haremos con la gente que las compró, gracias por avisar.”

“Está bien. Ahí te aviso cuando sepamos quién fue.”

Marco procedió a dejar mi oficina y yo me puse a redactar el correo, contándole a mi jefe lo sucedido, y con la única solución viable: ofrecer devolución completa. Iba a ser cara esa solución, pero ni modo, a veces te tienes que atener a las consecuencias de un pequeño error.


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